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SER PARA DEJAR SER

  • Foto del escritor: Javier Bolaños
    Javier Bolaños
  • 13 may 2018
  • 2 Min. de lectura

Tan fácil el camino del ser como eso, dejarse ser, ¿verdad?.

Percibir quienes somos y atender a nuestros sentimientos, emociones, necesidades…

Somos adultos, con conocimientos y vivencias que nos dan experiencia y que nos ayudan a saber quiénes somos. Pero a veces vivimos con una lucha interna entre lo que nos han hecho creer que somos y lo que de repente parece que aparece ante nuestros ojos. Lo que sentimos pero en lo que no confiamos. Lo que sabemos que debe ser pero en realidad no es, y no sabemos porqué.

El encuentro entre lo que sabemos que merecemos y lo que creemos que no merecemos, que a veces, sin explicación, es lo mismo.

Sí, otra lucha interna. Una más.

Luchas internas alimentadas por mensajes confusos que construyeron autoestimas tambaleantes, seguridades incompletas, cimientos resquebrajados por las personas que nos sostuvieron o por las que nos dejamos sostener.

Que nos comunicaban algo sin saber exactamente por qué ni para qué, y así aprendimos a comunicarnos sin saber cómo comunicar lo que queremos decir y, menos aún, lo que queremos y necesitamos que entienda el otro.

Convivimos con culpas de culpables que nos culpan de sentir lo que ellos mismos nos generan y de lo cual no se culpan o, al menos, no reconocen aceptar o no aceptan reconocer. Y nos permitimos vivir con esa culpa.

Y vivimos con lo que sentimos por lo que nos dicen y lo que decimos por como nos sentimos para hacer que los demás sientan y así cambiar cómo nos sentimos.

Y con éste nuestro bagaje de vida traemos y acogemos a una personita que queremos, enseñamos y acompañamos a lo largo de su maravillosa vida, con las herramientas que nos han sido dadas, tomadas, enseñadas, asimiladas,..., transmitiendo palabras, emociones, acciones, aficiones, decepciones,..., compartiendo, sufriendo, disfrutando, aprendiendo y enseñando,..., sí, con ese bagaje, sea cual sea.

Y yo agradezco de corazón sincero, madres y padres valientes, sintientes, ardientes y también prudentes y sí, otra vez valientes, por hacer, por estar, por caminar, por sentir, por seguir, por perseverar en la acción, en la educación, en el amor.

Porque ese amor me hace a mí aquí estar, escribir, recitar, estudiar, explorar, crear,... acompañar-os y acompañar-les en ese camino que es la vida. Una vida llena de matices sin fin y de tan difícil como feliz caminar, en el que con vosotros estoy y quiero estar, construir y aportar.


Un inicio para desaprender y aprender, para construir y no para destruir, para proporcionar a los niños el camino para que se sientan grandes, lo que son, y no pequeños o empequeñecerlos.

Para que sepan lo que pueden ser, que es todo, y para que estén seguros de ello, sin dudas, con certeza.

Para que vuestra vida familiar sea feliz, plena, llena de diálogo y aprendizaje mutuo, de emociones aceptadas, comprendidas, vividas y resueltas, sin quistes emocionales ni trabas conductuales.


Para eso y para todo, gracias por ser y con ellos caminar.


Javier Bolaños


 
 
 

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© 2014 Equilibrio Emocional en la Educación Familiar y práctica Docente

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